17.8.12

vicios


Todo el mundo se vuelve adicto a aquello que pueda llegar a hacer desaparecer su dolor. Para algunos estaba la bebida, para otros las drogas, la violencia, la adrenalina; pero para mí solo estabas tú. Tu olor, tu mirada, tu inesperada sonrisa. Hubiese sido un acierto pensar que, como cualquier otro tipo de adicción, acabarías resultando más dañino de lo esperado.